PARODIA DE "LA CANCIÓN DEL PIRATA"
- ¿Te gustaría que te contara el relato de un barco pirata, hijo mío?
- Vamos allá:
Con diez cañones por banda...
- ¡Diez cañones! ¡Qué barco tan grande!
-¡Shhhh!
...un velero bergantín iba viento en popa a toda vela, no cortaba la mar, sino que volaba sobre ella
- Pero padre... ¿los barcos pueden volar?
- ¡Claro que no, hijo mío! Es un decir.
- De acuerdo, perdone padre.
- Un pirata al que lo llaman El Temido, conocido en los siete mares y en los cinco continentes por ser un pirata bravo.
- ¿Tan bravo era padre?
- Muchísimo hijo, más bravo que los toros del tío Manuel.
Ya de noche, con el viento soplando y el barco moviéndose al son de las olas, el capitán pirata cantaba su canción: Navega poderoso navío sin miedo alguno que ni barco enemigo, ni tempestad alguna será capaz de detener tu valor.
- ¡Qué barco tan valiente!
- En honor al inglés, veinte presas hemos pescado...
- ¿Qué son presas, padre?
- Son los peces que capturan los marineros en alta mar.
- ¿Y qué es eso de alta mar?
- No te desvíes del tema.
- Es una zona alejada de la costa en la que el mar es muy profundo.
- Gracias, padre. Continúe con el relato, por favor.
- y muchos hombres se han rendido a nuestros pies por la buena hazaña.
El capitán, muy contento, cantaba:
Mi barco es mi tesoro; la libertad es mi Dios; la fuerza y el viento son mis leyes; y mi patria es el mar.
- ¡Qué mal cantan los piratas padre!
- Lo sé hijo, pero que le vamos a hacer.
El capitán continúa con sus aventuras:
Los reyes, avariciosos, siempre desean más y más riquezas y, sin embargo, yo me conformo simplemente con mi barco. Yo iré, libre, por los lugares que desee, sin importar a quién pertenezcan. Soy LIBRE y hago lo que DESEO.
- ¿La libertad es buena, padre?
- Lo mejor del mundo hijo, lo mejor del mundo.
- ¿Tú eres libre padre?
- Sí, hijo, siempre que tu madre me lo permita.
Cuando barco enemigo divisa mi navío, temen mi presencia ya que soy conocido como "El rey del mar". La pesca se divide por igual entre toda la tripulación. Somos piratas justos y egoístas a la vez. Llevo largo tiempo condenado a muerte...
- Zzz... zzz... zzz...
- ¿Me estás escuchando hijo?
- ¡¿Qué?! Sí, sí padre... ¿qué decías?
- Anda hijo, vete a la cama y descansa, que hoy ha sido un duro día de trabajo.
- No, padre, termine la historia por favor.
- Mañana seguiremos hijo, no seas impaciente.
- Vale. Buenas noches.
- Que descanses hijo mío.
- ¡Qué mal cantan los piratas padre!
- Lo sé hijo, pero que le vamos a hacer.
El capitán continúa con sus aventuras:
Los reyes, avariciosos, siempre desean más y más riquezas y, sin embargo, yo me conformo simplemente con mi barco. Yo iré, libre, por los lugares que desee, sin importar a quién pertenezcan. Soy LIBRE y hago lo que DESEO.
- ¿La libertad es buena, padre?
- Lo mejor del mundo hijo, lo mejor del mundo.
- ¿Tú eres libre padre?
- Sí, hijo, siempre que tu madre me lo permita.
Cuando barco enemigo divisa mi navío, temen mi presencia ya que soy conocido como "El rey del mar". La pesca se divide por igual entre toda la tripulación. Somos piratas justos y egoístas a la vez. Llevo largo tiempo condenado a muerte...

- ¿Me estás escuchando hijo?
- ¡¿Qué?! Sí, sí padre... ¿qué decías?
- Anda hijo, vete a la cama y descansa, que hoy ha sido un duro día de trabajo.
- No, padre, termine la historia por favor.
- Mañana seguiremos hijo, no seas impaciente.
- Vale. Buenas noches.
- Que descanses hijo mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario